Los Pueblos Ejemplares reivindican el valor de lo rural

Encuentro de Pueblos Ejemplares en Tineo y ocasión de oro para reinvidicar la ruralidad, el valor de esa vida alejada de la ciudad que ellos proclaman y defienden. El Hotel Palacio de Merás, en Tineo, acogió este sábado el XIV Encuentro de Pueblos Ejemplares, organizado por la Fundación Princesa de Asturias. Allí, la directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo, abrió un acto con presencia de la alcaldesa de Tineo, Montserrat Fernández, y de la presidenta de la Fundación, Ana I. Fernández, que fue quien lo cerró. Entre lo uno y lo otro, mucho que conocer sobre aspectos como 'Escuela rural, una escuela para la vida', título de la charla a cargo del maestro Tito Casado Agudín, que habló de aquellos tiempos en que en Asturias había más escuelas pagadas por indianos que por gobiernos. Anécdotas mil fueron desgranándose –como la vaca Teresa, bautizada así en honor de la maestra– para constatar una realidad evidente: la desaparición de esos colegios. En Cangas del Narcea sin ir más lejos se pasó de 70 escuelas rurales a cinco. Defendió la maravilla de ser profesor rural pese a que el futuro se presenta incierto.

Un diálogo entre Alberto Fernández Valledor, presidente de la Asociación de Vecinos El Xardón, de Tuña, y el artista Manolo Linares, de Navelgas  (ambas son las localidades ejemplares de Tineo), arrancó sonoros aplausos del público. Un Linares cañero y realista fue claro: «Las leyes están exterminando el mundo rural». Tras esa demoledora frase se esconde la burocracia, la falta de ayudas o las dificultades para tenerlas. Eso sí, en ese erial hay un gran estímulo: la Fundación Princesa con su Pueblo Ejemplar.

Un coloquio sobre el entorno rural asturiano contó con la participación de Lucía González Cuesta (Allande), Leandro Meléndez (Cabranes) y Lucía Velasco (Tineo), que hablaron de sus proyectos en el mundo rural con mirada optimista y desencantada. «El papeleo nos ahoga, ayudas sí hay pero para cuando la consigues te volvieron loco, las leyes nos están siempre 'achuchurrindo'», dijo Velasco. Pese, pese a todo, «yo voy a morir entre las vacas, aquí soy feliz». Ella y el resto. Su futuro sigue siendo rural y ejemplar.

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